Hita
A 29 km de Guadalajara se encuentra este municipio de la comarca de La Alcarria. Hemos acudido a este bonito pueblo en varias ocasiones. Recuerdo con especial cariño cuando fuimos con la familia a disfrutar de la celebración anual de las justas del Festival Medieval de Hita. ¡Como disfrutó nuestro sobrinillo (por entonces el único) del espectáculo! Allí se reúnen unos 2.000 espectadores.
El palenque, levantado en 1970, rememora aquellos recintos medievales donde los caballeros celebraban sus torneos.
Las murallas de Hita, construidas en piedra caliza, fueron levantadas en el siglo XV. De las cuatro entradas que tuvo, hoy solo se conserva la principal (llamada Puerta de Santa María) y es uno de los elementos más singulares del pueblo. Durante la Guerra Civil sufrió algunos destrozos por lo que su aspecto actual es en buena medida resultado de una progresiva reconstrucción. El escudo de armas que se muestra es el de Íñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana, militar, poeta y señor de Hita.
La Plaza del Arcipreste fue, en el siglo XV, un mercado ubicado en pleno barrio de la judería. Se conserva de entonces un edificio con soportal de pilares de madera.
Fue también tradición antigua la producir vinos y conservarlos en bodegas, hasta mediados del siglo XX, cuando terminó de decaer la vinicultura en el municipio. Pero aún se conservan, de aquellas antiguas bodegas excavadas bajo las casas, galería con tinajas que mantienen las marcas de alfareros medievales. Aún no hemos visitado ninguna, pero lo haremos. Aquí está toda la información para visitarlas. Además, hay algunos bodegos (casas-cueva) de origen medieval, excavadas en la ladera del cerro de Hita, barrio donde, por cierto, residió el famoso Arcipreste. Estas viviendas disponían de diferentes dormitorios y cocina con chimenea). Están documentadas catorce de estas cuevas habitadas en el siglo XVIII.
Aún quedan unas ruinas de la iglesia de San Pedro, de posible origen románico(fue casi totalmente destruida durante la Guerra Civil) . Todavía queda una lápida sepulcral, la del último alcaide del castillo, Fernando de Mendoza. Este espacio se utiliza en ocasiones especiales para la representación de teatro, recitales...).
Parte de las losas sepulcrales de los hidalgos de Hita, procedentes del tempo de San Pedro, hoy cubren al pavimento de la iglesia de San Juan Bautista. Alberga además otras piezas de interés, como un Cristo renacentista (en el altar Mayor)y una talla de San Juan y varios lienzos barrocos.
La iglesia de Santa María, vinculada al Arcipreste de Hita, es el más antiguo templo de la villa. Era de estilo mudéjar. Fue demolida por orden del cardenal Lorenzana para emplear su solar como camposanto. La figura de la Virgen de la Cuesta (patrona de Hita) fue trasladada a la iglesia de San Pedro.
El castillo se asentaba en una posición estratégica, a más de 130 metros de altura, lo cual debió de proporcionarle un aspecto imponente. Desde sus ruinas se divisa la confluencia de los valles del Henares y del Badiel. Ya existía en época islámica una atalaya en ese enclave. La torre del homenaje fue mandada construir por el citado Marqués de Santillana. Durante la Guerra Civil, se estableció en estas ruinas un centro de observación a la línea del frente, próximo al lugar donde se celebró la Batalla de Guadalajara.
Hay un paseo largo hasta llegar a las ruinas del castillo. Nosotros aúno no hemos subido.
Hay otro templo en Hita, la iglesia de San Miguel, que consta de una sola nave y a cuyos pies se encuentra la pedanía de Padilla de Hita.
La Casa-museo del Arcipreste es un edificio multiusos que alberga la Oficina de Turismo y sala de exposiciones.
El Arcipreste y su famoso Libro de Buen Amor, son referencia ineludible en Hita.
De hecho, también durante la celebración del Festival Medieval, el pueblo representa el pasaje del enfrentamiento entre Don Carnal y Doña Cuaresma.
Las vistas desde casi cualquier punto de la villa son extraordinarias. Dependiendo de la estación del año disfrutaremos de unos u otros tonos que tiñen el entorno natural que rodea a Hita. Esta imagen es una de nuestras visitas, en diciembre, pero en primavera, cuando los trigales están en pleno esplendor, se puede disfrutar del espectáculo de las olas verdes que invaden el valle.
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