Cervera de Pisuerga


Antes de llegar a Pisuerga, pasamos a ver la Iglesia de San Juan Bautista de Moarves (Moarves de Ojeda) que ya conocíamos de otro viaje anterior. Su fachada románica está llena de detalles, especialmente el excepcional apostolado de la portada del siglo XII, que merece la pena observar en medio del silencio y tranquilidad del lugar: detalles vegetales, animales y personajes como guerreros, juglares o Sansón luchando contra el león. También embellecen la fachada sus ventanas con doble arquivolta. Una pena no haber podido acceder al interior.









Ya en Cervera de Pisuerga:

Alojamiento: Hostal El Resbalón



Muy bien ubicado:



Día 1. Llegamos por la tarde y dimos, en primer lugar, un agradable paseo por la ribera del Pisuerga.




Después callejeamos un poco y nos tomamos algo en una de las terrazas de la animada y pintoresca plaza Mayor. Esta foto es del día siguiente temprano, cuando aún estaban las terrazas cerradas:


La cena nos encantó. Fue en La Cascarita, un pequeñísimo establecimiento donde solo sirven unos pocos platos fríos. Nosotros tomamos queso de picón, ensalada de escabeche y, de postre, avellanas.


Día 2 por la mañana. Nos acercamos a la "Casa de los Leones" (hoy Biblioteca y Oficina de Turismo), casona solariega norteña ubicada muy cerca de la plaza Mayor. Tiene un destacado escudo en su fachada que da nombre a este edificio. Allí nos dieron bastante información, mapas y horarios de muchos lugares interesantes por la zona. Habrá que volver en otra ocasión para visitar todo lo que no nos dio tiempo en este viaje...


Desde allí dimos un largo paseo recorriendo los principales puntos de interés de la localidad:
  • Iglesia de Santa María del Castillo, declarada Monumento Histórico Artístico Nacional en 1977. Destacan muchos elementos de su interior, como las bóvedas estrelladas de la nave central o la capilla de Santa Ana, fundada en el siglo XV, en la que hay un excepcional retablo hispano flamenco policromado que enmarca una tabla, "La Adoración de los Reyes", de Juan de Flandes, que el párroco muy amablemente nos explicó con entusiasmo. Otros elementos importantes son el retablo mayor renacentista o el gran Cristo románico de las Batallas. Rodeando el exterior de la iglesia nos encontramos con un curioso mirador.


  • Museo etnográfico de Piedad Isla, ubicado en la Plaza Ángel Gómez Iguanzo, a escasos metros del Consistorio. Se trata de una casona del siglo XVI que alberga la colección de fotografías realizadas por esta etnóloga cerverana (1926 - 2009) con las que, viajando muchas veces sobre su Vespa, fue documentando la vida de la montaña palentina y su pueblo natal. A su vez, fue recogiendo todo tipo de utensilios y mobiliario asociados a oficios y otros entornos sociales de la época: objetos de carpinteros, labradores, herreros, zapateros, juguetes, ropajes, etc. 




  • Casa del Parque. Aquí podemos encontrar toda la información que necesitas para visitar el Parque Natural Montaña Palentina. Además, hay una exposición permanente (ZONA OSO) dedicada al oso pardo cantábrico, con información muy sencilla, didáctica y visual sobre este animal. Impone encontrarse con el Oso Pintojo, un enorme ejemplar macho que se despeñó en 2022 cunado atacaba a una hembra que trataba de proteger a su cría. Las imágenes fueron captadas por unos aficionados a la observación de la fauna y se exhibieron en los programas de noticias de la diferentes cadenas de televisión y prensa.



  • Eremitorio Rupestre de San Vicente, una necrópolis altomedieval excavada en la roca. Se llega caminando, dando un agradable paseo y alejándonos un poco del núcleo urbano de Cervera. Forma parte de un importante conjunto rupestre que tuvo su mayor apogeo en los primeros siglos de la Edad Media. Seguramente, en este entorno habría otras edificios hoy desaparecidos.



Ese día comimos en la terraza del Restaurante Asador Gasolina: chorizo a la sidra, bacalao rebozado y mollejas de lechas (plato indispensable en Palencia).


Día 2 por la tarde. Cogimos el coche y nos acercamos a varios lugares:

  • Eremitorio rupestre de los Santos Justo y Pastor, otro ejemplo de construcción propia del movimiento eremítico del medievo. Fue declarada BIC en 2011. Se encuentra fuera del núcleo urbano de Olleros de Pisuerga y pudimos llegar en coche aparcar muy cerquita del entorno por el que se accede. Eso sí, llegamos con el tiempo justo antes de que cerraran. Merece la pena visitar esta iglesia incrustada en la roca que, por su magnitud, algunos autores la consideran "la Catedral de la Piedra". La luz llega al interior gracias a algunos vanos abiertos en su pared frontal y algunos de sus pilares están tallados directamente en la roca. Aún se conservan algunos restos de pintura mural.





  • Ermita de Santa Cecilia, de Vallespinoso, un bello ejemplo de iglesia románica, encaramada a una peña a cuyos pies corre un manantial. Llama la atención su torre, cubierta en forma de cúpula. En el interior sorprende una verticalidad no esperada y la adaptación del la morfología al terreno mediante una escalinata que comunica la nave y la cabecera. El templo está abierto, pero dispone de un código QR con información y una caja para depositar un donativo que bien merece la pena dejar. No hay que olvidar cerrar la puerta antes de salir. ¡Ah! y en el interior encontramos alguna sorpresilla... (Cosas que nos suceden a los curiosos y que no voy a desvelar).







  • Aguilar de Campoo. Esta localidad, declarada Conjunto Histórico Artístico, merecía una visita. Sería interesante volver con más tiempo, porque apenas dimos un paseo por el centro, muy animado, por cierto, por la celebración de las fiesta patronales de San Juan y San Pedro. Antes pasamos por el embalse de Aguilar, donde han habilitado una bonita "playa", pero el tiempo no invitaba a darse un baño.






De regreso a Aguilar, tomamos unas vinos en la plaza, en el Bar MorrisonAllí no ponen tapas y vimos que todos los paisanos compraban bolsas de picoteo en la tienda de golosinas para tomarlas con sus consumiciones de los bares, así que nosotros hicimos lo mismo. Después tomamos un botellín en Central Bar con unas gildas. Para cenar, compramos una empanada y unas golosinas, que comimos en el hostal.



Día 3 por la mañana. Compramos unas viandas para hacernos un bocata y salir de excursión. Realizamos dos rutas:
  1. Senda de El Roblón de Estalaya: Se trata de una caminata de unos 4,5 km que transcurre por un paisaje precioso, en el que no dejamos de encontrarnos con una viva y colorida naturaleza. Incluso descubrimos pelo de algún animal enganchado en la rama rota de un árbol.






Al final del recorrido, encontramos este árbol legendario que ha sobrevivido a guerras, ha proporcionado cobijo a los pastores y alimentado a la fauna de este bosque con sus bellotas. Dedicamos un buen rato a observarlo por todo su alrededor y fotografías todas sus perspectivas y retorcidos recovecos. Aún se pueden apreciar las marcas que un rayo dejó en una de sus ramas.





Hicimos el regreso por el mismo camino, porque no queríamos demorarnos mucho para poder dirigirnos a otro lugar. No obstante, en el camino de vuelta también nos fuimos deteniendo a contemplar algunas plantas y animalillos...






2. Senda del Bosque Fósil de Verdeña: Se tata de una pared rocosa donde han quedado impresos troncos de árboles de hace 300 millones de años. La montaña palentina destaca por su variedad estratigráfica. Constituyen, en su conjunto, una representación muy completa del Paleozoico. 

La ruta tiene una longitud de unos 3 km, eso sí, buena parte de ellos de subida, aunque se puede realizar sin mucha dificultad. Nos llamó la atención lo solitario del lugar (llegamos a tener algo de miedillo pensando que nos podría salir un oso al paso. Y, no, no lo hizo, pero si se nos cruzó un zorro corriendo). 





De regreso, fue muy gratificante encontrarnos con una manada de caballos pastando tranquilamente, ignorantes de nuestra escondida vigilancia entre los árboles.



Desde allí, fuimos a visitar la Colegiata de San Salvador de Cantamuda, en La Pernía. Se trata de uno de los ejemplos más sobresalientes del románico del norte de Palencia. Su belleza se realza aún más por el entorno en que se encuentra, sin otras construcciones a su alrededor. También llegamos con el tiempo justo, pero pudimos verla por dentro.





Allí mismo nos acercamos a una zona con una parque infantil y nos comimos el bocata en un banco disfrutando del paisaje.


Día 3 por la tarde. Antes de regresar a Cervera (pueblo), fuimos a su Parador para tomar un café en la terraza. Las vistas son espectaculares.


De allí, fuimos directos al hostal, a reposar un poco de las caminatas y después salimos a cenar. En el Bar Sevillano tomamos unos tacos, cecina y croquetas de txangurro.


Día 4 por la mañana. Compramos en el pueblo queso del lugar en una tienda de productos típicos y unos Socorritos en Uko (tienda de la marca en la entrada de Cervera) y salimos de regreso a Guadalajara, haciendo parada en el Monasterio de San Andrés de Arroyo, ubicado en un lugar apartado del término municipal de Santibáñez de Ecla. Se trata de un conjunto monacal declarado BIC en 1991 al que se accede por una gran puerta de estilo clásico renacentista. Tuvimos la mala fortuna de que parte de las instalaciones estaban cerradas (los horarios no coincidían con la información que teníamos. Dejamos aquí una fotografía con la información correcta). Sí pudimos acceder a una parte de la iglesia, pero no al claustro, una de las joyas de este cenobio.










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