Cogolludo
A 41 km de Guadalajara se encuentra este municipio que forma parte de la comarca de la Serranía.
Hemos estado allí en varias ocasiones (entre ellas, una con amigos en la que degustamos un delicioso cabrito asado después de realizar una ruta por el Hayedo de Tejera Negra).
En esta ocasión, queríamos conocer un poco mejor Cogolludo, por lo que contratamos es su Oficina de Turismo una ruta guiada por el pueblo.
Haciendo tiempo hasta el inicio de la ruta nos acercamos a la zona más alta del pueblo, donde se sitúan los restos del castillo de origen musulmán, del que partían las murallas que rodearon toda la villa. Aún se pueden apreciar torres. Desde allí hoy se contemplan las terrazas de la vega del Henares.
Al fondo, a la derecha, "el colmillo" y "la muela" (el cerro de Hita y la muela de Alarilla, respectivamente).
En sus inmediaciones quedan unos restos de un antiguo nevero con una cubierta en forma de cúpula.
Después nos dirigimos a la zona más baja. De camino, las vistas del pueblo son también interesantes y pasamos por una de las fuentes antiguas de Cogolludo.
Allí encontramos la Bodega de Río Negro en cuya finca, de más de 400 hectáreas se producen vinos de gran calidad.
De vuelta hacia la atractiva Plaza Mayor de Cogolludo del siglo XV, iniciamos la visita guiada.
De camino de nuevo hacia la parte más alta, pasamos por una pintoresca calle.
Esta ruta nos llevó al interior de la Iglesia de Santa María, del siglo XVI, levantada a los pies del castillo.
Uno de los mayores tesoros de la iglesia es el lienzo Los preliminares de la crucifixión, de El Españoleto (José de Ribera), que es un ejemplo perfecto del estilo tenebrista de este pintor.

Pero el monumento más destacado de Cogolludo es su renacentista Palacio Ducal, del siglo XV, mandado construir por don Luis de la Cerda y Mendoza, para que sirviera de residencia a su hija. Primera gran obra civil del Renacimiento español, tiene, desde 1931,consideración de Monumento Nacional.
Nosotros realizamos una visita guiada que nos llevó por diferentes enclaves de Cogolludo y finalizó en el interior de este emblemático edificio. Los elementos decorativos sobre su fachada almohadillada en piedra caliza nos transporta a los palacios florentinos del Quattrocento italiano. Así como la balaustrada, llena de transparencia, que corona su fachada. Vemos aquí el escudo cuartelado de la casa Medinaceli sobre la puerta de entrada.
Aquí vemos el patio principal, con arcos de medio punto rebajados, en torno al cual se ubicaban las estancias de los nobles:
El jardín alto del palacio, de carácter más lúdico, poseía una fuente central con unos paseos circundantes. Y el jardín bajo estaba destinado a servir de huerto y disponía de un gran estanque central.
Ya en el interior, destaca el Salón Rico por la extraordinaria yesería que une gótico y mudéjar situada encima de la chimenea y en la que de nuevo se repite el escudo de los Medinaceli.
En el interior del palacio también se exponen algunos objetos. Vemos aquí una antigua puerta del siglo XVI que conserva restos de las cruces que los judíos pintaban en señal de conversión al cristianismo.
Antes de regresar a Guadalajara comimos algo rápido pero rico en la Tahona de la Abuela (en la misma plaza): preñao y bocata de bacon y queso.
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