Jaén y Castillo de Locubín
En esta ocasión estuvimos en Jaén antes de pasar un fin de semana en una casa rural con la familia en Castillo de Locubín.
En Jaén:
Nos alojamos en el cómodo Hotel Condestable Iranzo, con unas vistas estupendas.
Realizamos un recorrido para conocer lo más destacado de la ciudad:
- Barrio de la Judería (o de Santa Cruz), que durante varios siglos fue habitado por una importante comunidad hebrea. Pasamos por las calles Santa Cruz, del Rostro, el callejón del Gato... Y la plaza de los Huérfanos, relativamente moderna, por donde transcurrió en tiempos pretéritos la antigua muralla de la ciudad. Hoy es un espacio con restos arqueológicos islámicos y cristianos sobre el que han dispuesto un puente de madera. En la plaza también hay un monumento a los judíos expulsados de la ciudad.
- También, en el mismo barrio, pasamos por delante de la iglesia de San Andrés, construida sobre la antigua sinagoga.
- Centro Cultural Baños árabes (en los sótanos del palacio de Villardompardo): merece la pena pasar y disfrutar de su visita que, además es gratuita. Son unos baños construidos en el siglo XI. Conservan restos de pinturas murales del siglo XII, de época almohade, las cuales debieron de decorar todos el interior de aquellos baños. Se trata de pintura a la cal con pigmento de almagra.
- Baños del Naranjo: son unos antiguos baños árabes restaurados y cuyo espacio es ahora un centro cultural, en el que se programan diferentes exposiciones. Nosotros lo encontramos cerrado, tendremos que verlo en otra ocasión. El edificio que se contempla actualmente se construyó en el siglo XIV para albergar las carnicerías públicas. Ya en la primera mirad del siglo XX, se usó como centro que acogía a un grupo escolar (al parecer se conservan restos de aula).
- Justo frente a la fachada de este edificio está la Fuente de los Caños, del siglo XVI. En su decoración podemos apreciar dos dioses Términos (en la religión romana, deidades protectoras de los límites fronterizos), que sostienen sobre sus cabezas unos capiteles con volutas de orden jónico.
- Convento de Santa Clara: es el monasterio más antiguo de la ciudad de Jaén. Fue fundado por Fernando III sobre antiguos restos de la judería de Jaén. Pasamos al tranquilo patio de acceso coronado por un ciprés.
- El Mercado de San Francisco es un buen lugar para adquirir algunos productos frescos de la huertas jiennenses o su excelente aceite de oliva.
- También pasamos junto a la fachada del Teatro Darymelia.
- Iglesia de San Juan, de origen gótico, cuya fachada fue reconstruida en el siglo XVIII tras derrumbarse la primitiva, aunque se conserva la espadaña de tres vanos. Anexa a esta iglesia se levanta la Torre del Concejo, que alberga una campana del siglo XVI cuyo sonido marca las horas del reloj oficial de la ciudad.
- Merece la pena también entrar en el Palacio Municipal de Cultura del Condestable Iranzo y su Salón Mudéjar: En sus orígenes, este edificio fue un palacio musulmán, por eso en él se pueden ver arcos y techos de estilo morisco. Hoy, sede de cultura del Ayuntamiento, conserva en el denominado Salón Mudéjar (reliquia conservada del palacio árabe del siglo XV) un artesonado único en la ciudad. además, la entrada es gratuita. Además, en el edificio también se puede disfrutar de un bonito patio interior con algunos arcos.
- El interior de catedral de Jaén (Catedral de la Asunción de la Virgen)es todo un descubrimiento. Fue un hito de la arquitectura renacentista que sirvió de modelo para la construcción de otras catedrales españolas. Hoy conserva una interesante mezcla de estilos (renacentista, barroco, neoclásico) y su coro es uno de los más grandes de España. No desvelaremos todo lo que puede uno descubrir en su interior pero, por citar algo, las vistas desde sus altura son una maravilla (tanto hacia el exterior, como hacia el interior).
- Arco del Consuelo, que lleva a una zona de tascas incrustadas en estrechas calles.
- Arco de San Lorenzo: era parte de una iglesia que ya no existe, erigida entre los siglos XIII y XIV.
- Por supuesto, subimos al imponente Castillo de Santa Catalina, pero no pudimos acceder al patio de armas porque estaba clausurado por unas obras. Desde allí caminamos hasta el Mirador de la Cruz. La panorámica que se observa de la ciudad así como las vistas del entorno natural son increíbles. Tomamos allí mismo un café, pues algunas dependencias del castillo constituyen hoy el Parador de Turismo de la ciudad.
- También tuvimos tiempo de visitar el Museo Íbero, que alberga la mayor colección de arte de aquella cultura en el mundo y su entrada es gratuita.
En Castillo de Locubín:
Nos alojamos en el Cortijo Rural Majolero. Disfrutamos del entorno entre olivos y los niños de la familia disfrutaron campando a sus anchas.
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